Día 4: ¡Las Torres Petronas!

Hola otra vez desde Kuala Lumpur, paraíso total y absoluto del mileurista. Me he dado cuenta que las cosas del día a día están muy baratas - y los alquileres no parecen desentonar con el resto de los precios. Para que os hagáis una idea, el metro va según zonas pero un billete estándar vale el equivalente a 38 céntimos de Euro - y hablo de un metro modernísimo, con potente aire acondicionado. El menú Big Mac vale exactamente 1.89 Euros. El agua en un cine cuesta 23 céntimos. Aquí hay algo que no cuadra en España, está claro.





Hemos salido del hotel a duras penas muy temprano para hacer cola y subir a las Torres Petronas. Digo a duras penas porque salir de este hotel a ratos es más difícil que escaparse de Alcatraz, joder. Es un hotel grande, de unas 300 habitaciones todas ocupadas. Hay dos ascensores para todo el mundo - empleados, clientes, gente que trabaja en una oficina en el piso 4 - y claro, el colapso es total. Para más inri estamos en el último piso, allá donde Cristo perdió el mechero, con lo cual bajar es misión imposible. Segundo, el desayuno del hotel ha sido la cosa más mala, putrefacta y horrenda que ha salido del culo de la civilización. Comida india rancia, mantequilla tres niveles por debajo del tulipán y un café que no servirías ni a tu peor enemigo, salvo que tuvieses especial interés en que vaya al bate rápidamente, claro. Miren el nivelazo de este postre. Sí, amigos, es un postre. No me pregunten a qué coño sabe.








Hemos llegado a las Petronas a golpe de metro. Hora y media de cola para pillar las jodidas entradas, pero lo hemos conseguido por los pelos. Tenemos hora a las 3:40pm, esto es, dentro de un rato - es que he tenido que volver al hotel a cambiarme, evacuar y pillar un par de cosas que se nos han olvidado y he aprovechado para empezar a escribir mientras Belén petardea por KL. Las Torres Petronas son INCREÍBLES. No solo es que sean grandes, además contienen el centro comercial más lujoso que recuerdo. Podría explicarlo, pero hemos hecho un vídeo - y además estaba prohibido grabar, lo que le da más valor al documento, claro. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. En mi caso, una imagen me salva de escribir sobre mamonadas de las que no entiendo. Hemos hecho una primera sesión de fotos en las Petronas y al atardecer haremos más. La combinación de lujo y precios competitivos de Kuala Lumpur me hace recomendar a todo el mundo que haga un viaje asiático pasar por aquí dos o tres días para ver todo esto. Volviendo al tema de las Petronas, en la cola hemos conocido a un malayo que se parecía a Tariq Kirksay. Ya sé que parece una gilipollez tremenda, pero busquen a Tariq sonriendo y miren la foto adjunta para comprobarlo.







Al final hemos subido a las Petronas peeeero nos ha llovido a mares - mala suerte, oigan. A cántaros, en serio. No ha llovido en todo el puto día pero ha sido subir a las torres y caer la mundial, coño. Hemos hecho un vídeo para acompañar el momento pero ha quedado un poco mal por el tema de la lluvia, así que ponemos este otro que nos mola más, simplemente para que veáis lo que hay - torres más altas no han caído. De momento. Bueno, igual las de Babel, pero era un tema más metafórico que otra cosa.

Hasta ahora llevamos bien la paliza del viaje, aunque al quitarme los zapatos mis pies laten como el corazón abierto de una vaca. Nos hemos comprado un suplemento vitamínico por si las moscas. Nos sentimos mejor, pero puede que sea psicosomático - el ser humano es así de gilipollas a veces: tome esta píldora, oh, sí, qué bien me siento. Aún estamos esperando si iremos a Taipei en business o no. Compré una opción de business con 75% de descuento que te devuelven la gran parte del dinero si al final vas en turista. Con el alma en vilo me tienen esos cabrones.





Recomendaría Kuala Lumpur por muchos motivos - integración fantástica de razas, la experiencia única de ver y subir a las Torres Petronas, los precios de casi todo, el buen ambiente que hay, es una ciudad abierta, con mezcla total de culturas y religiones. El único pero para nuestros amigos solteros es el tema de las mujeres autóctonas - dice Belén que los hombres se salvan más o menos. Aquella persona que inventó aquello de "un callo malayo" no lo hizo por encontrar la rima fácil. Y una polla. Estoy seguro que el hijoputa vino para acá, comprobó el percal y volvió con la frase preparada. No he visto mujeres más feas en mi vida - salvo excepciones, claro. Es hasta difícil de explicar con palabras y aunque casi siempre intento meter un vídeo cuando las palabras no me llegan, esta vez no lo voy hacer para no herir la sensibilidad del lector...





Como bonus track os dejo el show de Belén y los peces comecallos - callos de verdad, no malayos. Si miles de personas han pasado por la experiencia sin problemas, es que hay que rendirse a la evidencia y decir que Belén tenía más miedo que siete viejas juntas. Y los peces, más hambre que el que se escapó de la cárcel, claro.





Mañana volveremos desde Taipei. Comenten, por favor, que los comentarios este año - igual que en el blog de USA - son emocionantes y muy divertidos. Y terriblemente bien recibidos por nosotros.





PS by Belén: Es curioso ver la cantidad de cosas raras que venden en este país. Crema para tener la piel más blanca, correctores de nariz para tenerla más respingona y todo tipo de pestañas postizas y rizadores de pestañas. Cualquiera diría que quieren parecer de todo menos asiáticos... Impresiona mucho ver a las mujeres con burka que no les dejan un centímetro de la piel al descubierto. Con la calufa que hace, imagino que debe ser muy desagradable. Hemos comido en un sitio - Nando's - donde chicas con velo servían sin ningún problema. Es un ejemplo de integración. En España en la mayoría de restaurantes le obligarían a quitárselo y mucha gente tendría prejuicios de ser servido por alguien así. Quizás deberíamos aprender de la tolerancia de esta gente.





PS2: Seguimos con problemas de conexión. Los vídeos acabarán subiendo, eventualmente.