Hola a todos desde Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Ha sido un día terriblemente largo que ha empezado antes de lo previsto - y eso que el despertador iba a sonar a las 05:45 - por culpa de un gallo que debe estar entrenado por el gobierno vietnamita para darle por culo a los turistas. El hotel - Hanoi Elegance Diamond, por si a alguien le interesa - nos puso el desayuno media hora antes de abrir. Cogimos un taxi por la caótica Hanoi, totalmente despierta como ciudad a las seis de la mañana, hacia el aeropuerto. El camino hacia el aeropuerto no está indicado ni hostias, no hay ningún cartel y hemos pasado verdadero miedo para llegar. El momento estelar ha llegado cuando una familia - padre, madre y dos hijos - ha saltado la mediana de la autopista para cruzar la calle entre los coches. No nos hemos hostiado de milagro. Parece un caos controlado pero aquí tiene que haber accidentes a diario por cojones. En el aeropuerto de Hanoi hemos visto dos cosas insólitas - el delicioso y apetecible licor de cobra y escorpión... y la irrechazable oferta del día. Antes valía 226 dólares, llévesela ahora por el módico precio de 323. Me lo quitan de las manos, cojones.
Ha sido nuestro debut con Air Asia, compañía de bajo coste de verdad, algo así como Vueling pero bien. Air Asia tiene los mismos aviones que Vueling, pero precios competitivos, un menú a 4 euros, servicio de autobuses concertado para llevar a Kuala Lumpur... mientras que Vueling no tiene nada de eso, claro, pero va de precios competitivos y demás. Men-ti-ra. Resulta que el aeropuerto de Kuala Lumpur está a 60 kilómetros de la ciudad. Un poco más y aterrizamos en Cuenca. Ni finger ni pollas, 20 minutos andando y sorteando aduanas para recoger el equipaje. Da gusto ver una ciudad civilizada de nuevo - tres carriles en cada lado en la autopista. En Hanoi también hay tres carriles - el tuyo, el contrario y el arcén, usándolos indistintamente. Nos ha emocionado tanto el volver al capitalismo más ostentoso que no nos hemos dado cuenta de que circulan por la izquierda - fueron colonia inglesa - hasta 20 minutos después de salir. Hemos pasado por el cicuito de Sepang y solo hemos visto las torres Petronas de lejos. Mañana nos daremos una vuelta por allí.
Debido a una reciente apreciación del Euro, el pichurro - nombre de moneda universal que refiere a la divisa extranjera, sin importar el país que visites - se paga bien. Un Euro son cuatro pichurros. Kuala Lumpur es el paraíso del consumismo - grandes centros comerciales, grandes tiendas, pequeños comercios en cada esquina. Nuestro hotel está detrás de la estación de tren, así que cualquiera que haya vivido o estado detrás de una estación de tren se puede imaginar la cantidad de peña exquisita que hay por ahí. Hay una gran población india queriendo hacerle guarreridas hindúes a Belén. Hemos estado en un centro comercial con temática de superhéroes y Belén se ha hecho una cosa asquerosa que tiene que ver con peces comiéndose sus callos de los pies - sigan leyendo para tener más detalles. Mientras tanto he ido a mirar tiendas y en el Nike Store he encontrado a dos dependientes jugando con un balón oficial... ¡¡¡de la Euroleague!!! Hasta me ha dado un subidón cuando lo he visto. Casi tanto como al tío este que vendía paraguas. Un puto crack.
La mejor parte del día la hemos pasado en Petaling Street, paraíso de compras en Kuala Lumpur. Muchas falsificaciones, algún que otro producto verdadero - para los comerciantes... ¡¡¡todos!!! -, precios muy competitivos y demás. Pasa que tanto perseguirte para pedirte que mires sus relojes, billeteras, camisetas, corbatas, muñecas hinchables, falos de cemento, etc... pues cansa, joder. Hemos acabado comiendo en su sitio de mala muerte saliendo de la zona de compras. El caso es que no hemos comido muy mal, pero dejaré que sea mi propia anatomía quien dé el veredicto final - si mañana puedo andar por mí mismo o tengo que salir al 7-Eleven a comprar dodotis. Os hemos dejado un vídeo del momento, para recordarlo y tal.
Estoy lo siguiente a muy cansado y tres niveles por encima de lo que considero muy sucio. Me voy a dar una ducha. Kuala Lumpur merece la pena para estar un par de días y tirarse a ver tiendas, comprar y ver las Torres Petronas. Ambos celebramos ese gran invento que es el aire acondicionado. Me imagino cómo tendría que estar la gente que venía a hacer negocios en los años 40. Su puta madre...
(anexo by Belén)
Escribo estas líneas después de un día muy, pero que muy intenso. Hemos llegado a Kuala Lumpur y mi índice de popularidad ha bajado de 1.000.000 a -750.000. Aquí ya no me siguen los niños, lo cual, en el fondo, se agradece. Aquí están más distraídos con las lucecitas y la actividad comercial, además, dispuestos a mirar a alguien nada mejor que los autóctonos, ya que lo de el feto-malayo o el callo-malayo se confirma.
Hoy he borrado de "mi lista de cosas que hacer en Asia" una actividad muy peculiar: FISH-FOOT-SPA. Consiste en que tu te descalzas y metes tus pinreles en una pecera llena de pececitos hambrientos y que adoran las pieles muertas y los callos. Ays mare, vaya tela. He sido incapaz de meter el pie entero durante un ratito. Notaba como me comian con mordisquitos todas las durezas de los pies, que he de reconocer que no son pocas. Temía por mis pies y me hacía mucha impresión ver a cientos de peces hambrientos dirigirse a mis pies con la boca abierta. Que quereis que os diga, una tiene sus traumas infantiles tras ver la película "Piraña" y, no es por nada, pero si les gustan los callos, cuando prueben la sangre lo van a flipar. No, no y no. Lo dicho, solo he conseguido meter un ratito una parte del pie, pero lo he borrado de mi lista, que no es poco.
Me encanta Malasia y Kuala Lumpur!! me recuerda un montón a Singapur y hay un montón de etnias raras y gentes de todo el mundo. Hoy hemos ido a un monton de centros comerciales y a Petaling Street (Chinatown) y la verdad es que ha sido divertidisimo.
Ahora a descansar que entre lo que hemos sudado y hemos andado estamos MUERTOS.
Besitos mamá!!
(anexo by Javi)
Ustedes no lo saben, pero Belén es una máquina de regatear. Habría sacado la calabaza de la vida de Brian por un sextercio tranquilamento, y eso que valía 10. Lo dicho, mañana toca subir a las Torres Petronas - Belén se va a cagar de miedo - y pasado salimos en dirección Taipei. No puedo esperar a ambas cosas. Como siempre, cualquier comentario aquí, por Twitter, por Facebook... será más que agradecido. Esperamos que lo estéis pasando tan bien como nosotros. :)
Llegar a casa agotado, abrir el ordenador y leer vuestras crónicas le saca una sonrisa a cualqueira. Parece que todos estuviéramos viajando con vosotros! Pasaoslo genial, que os lo mereceis!
ResponderEliminarUn abrazo enorme!
¿Y no os dio penita lo de la oferta del día? Como para explicarle algo al dependiente sobre comercio básico.
ResponderEliminar¡Sois unos valientes comiendo en ese sitio! ¿Para cuándo un listado de las mejores cervezas asiáticas?
Muchos besos
Belensita Glammour,
ResponderEliminarA efectos de mis estadísticas, lo de los pececitos come-callos lo sigues teniendo pendiente: unos segunditos no cuenta como prueba superada.
Abrazos!
hugo